lunes, 12 de febrero de 2018

"Cuando las grandes empresas entran en el sector 'bio', hay que marcarles el terreno desde el minuto 0"

"Cuando las grandes empresas entran en el sector 'bio', hay que marcarles el terreno desde el minuto 0"

Los supermercados y las grandes multinacionales están entrando con fuerza en el sector de la alimentación ecológica. ¿Se trata de una buena o una mala noticia? Lo hablamos con la periodista Esther Vivas, que lleva más de diez años trabajando en el sector del consumo "bio". Su último libro El negocio de la comida. ¿Quién controla nuestra alimentación? llegó el año pasado a su 3a edición con nuevos contenidos.

The Ecologist -El mundo de lo “bio” se está democratizando. Para empezar, esto es una buena noticia. Sin embargo, el hecho del asalto al sector de las grandes superficies a lo ecológico levanta sospechas, y alegrías. ¿Tú cómo ves este asunto? ¿Es posible ser imparcial?

Esther Vivas -La imparcialidad es imposible porque el asunto obliga a posicionarnos. Aunque entre aquellos que están totalmente a favor o en contra… hay una amplia escala de grises. No es un tema fácil, ya que nos enfrentamos a una realidad que irá a más en los próximos años y que, se puede argumentar, permite a más consumidores acceder y conocer estos productos. Sin embargo, pienso que es necesario hacernos dos preguntas. La primera, si consideramos la alimentación “bio” una herramienta de transformación social y medioambiental, ¿pueden ser los supermercados, que basan su negocio en unas injustas relaciones de producción, distribución y consumo, agentes de este cambio? Creo que no.

Segundo: ¿Los beneficios que aporta la entrada de los “súpers” en el sector ecológico son superiores a sus perjuicios? Aunque a corto plaza podamos ver más beneficios (aumento de ventas, mayor difusión de lo “bio”), a medio y largo plazo creo que los perjuicios son superiores (productores dependientes de estas grandes empresas, concentración industrial y control de los precios). Los impactos negativos de la gran distribución en la agricultura y la alimentación convencional nos indican hasta dónde pueden llegar sus malas prácticas.

Seguir leyendo la entrevista en The Ecologist aquí.

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