Hoy
8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, la
Vía Campesina reafirma su lucha anticapitalista y antipatriarcal,
expresando nuestra firme decisión de luchar, tomar las calles y
movilizarnos por una nueva visión del mundo, construida sobre los
principios de respeto, igualdad, justicia, solidaridad, paz y de
libertad, librando batallas por llevar adelante una lucha conjunta con
las mujeres trabajadoras del campo y de la ciudad.
La
primera convocatoria de celebración del Día Internacional de la Mujer
trabajadora tuvo lugar el 19 de marzo de 1911 en Alemania, Austria,
Dinamarca y Suiza, con mítines en los que se reivindicaba para las
mujeres el derecho a voto, derecho a ocupar cargos públicos, derecho al
trabajo y a la no discriminación laboral.
Apenas
algunos días después, 25 de marzo, más de 140 trabajadoras, inmigrantes
en su mayoría, murieron en el incendio de una fábrica textil en Nueva
York. Este suceso repercutió enormemente en la legislación laboral de
Estados Unidos, y también en las celebraciones posteriores por el Día
Internacional de la Mujer Trabajadora, haciendo referencia a las
condiciones laborales que condujeron al trágico suceso.
Desde
entonces hasta ahora, las mujeres permanecemos en lucha por la
reivindicación de nuestros derechos. La sociedad actual, capitalista y
patriarcal, sustentada en la diferencia y la explotación, no sólo de los
recursos naturales, de la tierra, sino también del propio género
humano, fundamentando su riqueza y desarrollo
en la desigualdad que se hace por tanto necesaria. En ese contexto, las
mujeres del medio rural, jornaleras, campesinas, indígenas, nos
encontramos, en un estamento aún inferior por el mero hecho de ser
mujer. Doblemente explotadas, doblemente sometidas.
La
violencia sobre las mujeres, política, económica, sexual, física o
psicológica, está omnipresente en nuestras sociedades. Un estudio
reciente en Europa demostró que un tercio de las mujeres europeas ha
encontrado violencia de género. También los recortes en la seguridad
social que afecten más a las mujeres y cambios de leyes reproductivos
regresivos constituyen una expresión de violencia sobre las mujeres.
Nosotras, mujeres luchamos por cambiar nuestras sociedades y pedimos
reparación y la abolición de todas las prácticas sexistas. Un ejemplo
constituye la lucha en Asia por la reparación y el reconocimiento de los
crímenes cometidos por el ejército japonés en la Segunda Guerra Mundial
cuando las mujeres fueron forzadas de manera sistemática a trabajar
como esclavas sexuales. Hoy en día, la violación organizada es una de
las expresiones más horribles de la violencia sobre las mujeres. Como La
Vía Campesina reforzaremos nuestra campaña de BASTA de Violencia contra
las mujeres.
Nuestra
lucha y acción por la Soberanía Alimentaria nos ha brindado a las
mujeres del campo la oportunidad de hacer visible nuestra
participación histórica en el
desarrollo de los sistema alimentarios en el mundo y el papel que
hemos jugado desde la invención de la agricultura, en la recolección y
propagación de las semillas, en la protección y resguardo de la
biodiversidad y de los recursos genéticos, situándonos a la vez como uno
de los principales pilares afectivo, ético y social.
Las
mujeres campesinas, jornaleras, indígenas, del campo, del medio rural
seguiremos luchando por la defensa de la naturaleza, de la madre Tierra,
de la alimentación, la soberanía alimentaria, contra la explotación y
la violencia en todos los niveles y expresiones, las multinacionales,
transnacionales, y en definitiva en contra de un sistema explotador y
depredador de sí mismo.
Las
mujeres y los hombres de la Vía Campesina reivindicamos la construcción
de espacios para el debate, el intercambio, donde construir
herramientas válidas por un mundo diverso y plural. Son herramientas
para promover la toma de conciencia en las comunidades frente a las
visiones políticas y culturales que impiden avanzar en la igualdad de
género.
Las
campesinas organizadas estamos convencidas que no hay posibilidad de
retroceder en los avances y triunfos, menos en las conciencias de las
mujeres. Continuamos la lucha por la “soberanía de la tierra, del
territorio y del cuerpo”, diciendo NO a cualquier expresión de
violencia contra las mujeres.
Reivindicamos
la igualdad en derechos, el respeto a la diversidad cultural, de género
y étnica, la justicia social para los seres humanos, y el derecho
inalienable a vivir en dignidad. Nos comprometemos a profundizar y
expandir nuestro proceso de construcción colectiva de una propuesta
política para construir las bases del “Feminismo Campesino y Popular”.
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